Ayer, después de un día bastante bravo en el colegio voy a una gomería a averiguar precios de cubiertas para el auto.
Estaba un poco agotado por todo lo que había pasado y me pongo a ver a mi alrededor. El clima era muy agradable, la luz que entraba por un gran ventanal también aportaba el calor perfecto mientras se veía una típica tarde otoñal. Una empleada estaba sentada en un cómodo sillón sobre uno de sus pies mientras pasaba unas planillas en la compu y el dueño buscaba tranquilamente en la laptop el precio de las ruedas.
Estaba un poco agotado por todo lo que había pasado y me pongo a ver a mi alrededor. El clima era muy agradable, la luz que entraba por un gran ventanal también aportaba el calor perfecto mientras se veía una típica tarde otoñal. Una empleada estaba sentada en un cómodo sillón sobre uno de sus pies mientras pasaba unas planillas en la compu y el dueño buscaba tranquilamente en la laptop el precio de las ruedas.
Recordé por lo que uno pasa casi todos los días y me hice una pregunta que anteriormente tenía respuesta: "¿vale la pena?"
7 comentarios:
Sí
Claro, los agarraste justo en el recreo.
SAludos
Sí, Vasco.
Vale la pena.
No lo dudes.
Yo creo que entrastre en el momento justo + venías cargado negativamente = te pareció maravilloso... pero no creo que sea así
Vale.
Están esos días pero también están los otros, en los que uno sale del aula con una sonrisa.
Es complicado. Hay días malos como éste y pueden ser sólo eso. Seguimos adelante...
Pero uno puede cansarse y llegar a un punto de saturación.
¿Y qué hacer? ...a veces un parate (una licencia, si se puede tomar) sirve para poner las cosas en perspectiva...
Saludos.
jaja!!! tio que buena anecdota para contar en alguna reunion en familia
Publicar un comentario